Un estudio publicado recientemente en la revista Antiquity analiza 53 obras rupestres descubiertas en distintas cuevas francesas. Algunas de las pinturas analizadas presentaban animales con muchas patas, o algunas partes de su cuerpo repetido, lo que para los investigadores supone una prueba deintentos primitivos de animación. Según afirman en el trabajo, esta forma de dibujar los animales permitía que las imágenes parecieran moverse bajo la luz de las llamas. La cueva Lascaux, al suroeste de Francia, es la que contaba con mayor número de animaciones. “Se han encontrado unas 20 representaciones de animales, principalmente caballos, con la cabeza, patas o cola multiplicadas“, afirma Marc Azema, de la Universidad de Toluose-Le Mirail (Francia).
También se han encontrado varios discos grabados por ambas caras, que pudieron haber sido usados como taumatropo, un juguete consistente en un disco en el que se insertan dos cuerdas o una goma a cada lado. Al girar rápido el disco con la ayuda de las cuerdas las imágenes se combinan y se obtiene una animación. Tanto los discos como las pinturas podrían estar anunciando la aparición siglos después del cine, afirman los expertos.
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